¿Cuáles son las causas de las Convulsiones? Información sobre tipos de convulsiones, diagnóstico y tratamiento.
Convulsión; episodio en el que se produce una alteración del estado de conciencia asociada a movimientos musculares o alteraciones en los sentimientos o la conducta. Dichos episodios rara vez duran más de unos pocos minutos y son extremadamente variables en sus manifestaciones externas. Ocurren cuando las células cerebrales se vuelven demasiado activas y desorganizadas en sus propiedades eléctricas.
Los ataques convulsivos ocurren en una variedad de condiciones y enfermedades que involucran el sistema nervioso y otros órganos del cuerpo. En un gran número de personas con convulsiones recurrentes, se desconoce la naturaleza exacta del proceso patológico subyacente. En otros, las convulsiones se han asociado con tumores, anomalías de los vasos sanguíneos, alteraciones del metabolismo cerebral, cicatrices cerebrales y otras afecciones. Tradicionalmente, el término «epilepsia» (del griego epilepsia, que significa «ser agarrado») se ha utilizado para describir la enfermedad que sufren las personas con convulsiones recurrentes. Como término descriptivo para el tipo de síntomas que ocurren, es el más adecuado. Desafortunadamente, sin embargo, ha llegado a usarse como un término que describe una entidad de enfermedad con muchas implicaciones indeseables en la capacidad intelectual que en su mayoría no están relacionadas con las convulsiones pero que son el resultado de la enfermedad subyacente.
Tipos:
Las manifestaciones clínicas que ocurren durante una convulsión no dependen necesariamente de la naturaleza del proceso patológico subyacente. En cambio, sus características están determinadas por el sitio de origen de la descarga cerebral anormal y la rapidez y el grado en que la descarga se propaga por el resto del cerebro. Aunque puede ser difícil clasificar el ataque en un caso ocasional, la mayoría de las convulsiones se pueden clasificar en una de las siguientes cinco categorías principales: gran mal, pequeño mal, psicomotor, focal y motor menor.
Gran Mal:
Los ataques de gran mal son uno de los tipos más comunes de convulsiones. Aunque pueden comenzar a cualquier edad, suelen comenzar antes de los 25 años. En un ataque hay pérdida del conocimiento, mordedura de lengua e incontinencia urinaria y fecal. También hay un cese temporal de la respiración, lo que provoca cianosis (coloración azulada de la piel) seguida de una respiración irregular estertorosa (como un ronquido). Gradualmente, el paciente se relaja, su respiración se vuelve normal y recupera la conciencia. Posteriormente puede estar confundido, tener dolores de cabeza o trastornos gástricos, o quedarse dormido. El ataque puede durar desde menos de un minuto hasta 10 minutos, pero la fase posterior a la convulsión puede durar horas. Las convulsiones de gran mal pueden ocurrir varias veces al día o tan poco como una vez cada pocos años. A veces, ocurren tan seguidos que el paciente no recupera el conocimiento entre los ataques, una condición conocida como estado epiléptico.
Pequeño Mal:
Petit mal no es una forma menor de grand mal, sino un tipo diferente de convulsión. Los ataques de petit mal generalmente ocurren en la niñez y rara vez persisten más allá de los 20 años. Se caracterizan por un breve y repentino lapso de conciencia, con o sin movimientos motores menores de los ojos, la cabeza o las extremidades. Puede haber caída de la cabeza, tambaleo y, en ocasiones, incontinencia urinaria. El ataque dura de 5 a 30 segundos, después de lo cual el paciente está alerta y puede continuar con sus actividades normales. A pesar de su alta frecuencia, los ataques rara vez ocurren tan juntos como para afectar la conciencia durante largos períodos de tiempo.
Psicomotor:
En los ataques psicomotores se produce una alteración del comportamiento, la percepción o el estado de ánimo. Por lo general, hay una mente nublada, amnesia total y movimientos automáticos durante un ataque. Los movimientos pueden ser simples y breves, como aplaudir o chasquear los labios, pero también pueden adoptar la forma de un comportamiento más complejo, como levantarse de una silla y caminar por una habitación. El comportamiento agresivo ocurre ocasionalmente, pero rara vez se cometen actos violentos. Cada episodio suele durar de 2 a 3 minutos y puede haber un breve período de confusión después.
Focal:
En una convulsión focal, las manifestaciones se pueden correlacionar directamente con la parte del cerebro involucrada. Cuando el ataque se limita a un segmento o función del cerebro, se aplica el término focal en sí. Si el ataque comienza en un segmento pero se propaga, se conoce como convulsión jacksoniana (en honor al neurólogo que describió y reconoció por primera vez la importancia de estos ataques). Por lo general, en este tipo de convulsiones, los movimientos convulsivos comienzan en un dedo y se extienden al resto de la mano, el brazo, la cara y la pierna. Si estos movimientos se extienden al lado opuesto del cuerpo, la persona pierde el conocimiento y puede ocurrir un ataque de gran mal.
Motor Menor:
Las convulsiones de este tipo son de corta duración, ocurren con frecuencia y carecen de anomalías posteriores a las convulsiones. Se reconocen tres tipos distintos: (1) convulsiones acinéticas, en las que hay una pérdida repentina de tono en todos los músculos de la espalda de modo que el paciente se cae y se lesiona la cara o la cabeza; (2) mis espasmos clónicos, contracciones involuntarias repentinas de los músculos del tronco o de las extremidades; y (3) espasmos masivos, fuertes contracciones de la mayoría de los músculos del cuerpo, que hacen que el paciente adopte una posición de «cuchillo», con los brazos hacia arriba, la cabeza hacia adelante y hacia abajo, y las extremidades inferiores contra el tronco. Esta posición puede durar no más de 5 a 10 segundos, pero puede repetirse media docena de veces en unos pocos minutos e innumerables veces a lo largo del día.
Diagnostico y tratamiento:
Muchas pruebas de diagnóstico son útiles para determinar el tipo exacto de convulsión, así como también si existe un proceso de enfermedad definible responsable de los ataques. El más importante de ellos es el electroencefalograma, que registra las actividades eléctricas del cerebro en forma de ondas. Se ha encontrado que las personas con convulsiones grand mal, petit mal y psicomotoras tienen ondas cerebrales características. Varias técnicas de rayos X también son útiles, incluida la neumografía (inyección de aire en los espacios del cerebro) y la arteriografía (inyección de tinte en las arterias).
El tratamiento de las crisis convulsivas consiste en eliminar los factores causales, si se conocen, y administrar fármacos anticonvulsivos. Estos medicamentos suprimen la actividad eléctrica anormal del cerebro, independientemente de la causa subyacente. Con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas que sufren convulsiones pueden llevar una vida normal y productiva.