¿Cómo afecta la contaminación acústica a los peces? Las especies más afectadas

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Como casi todos los seres vivos, los peces emiten sonidos para comunicarse, orientarse, buscar comida y evitar a los depredadores, de modo que el ruido exterior pueda distraerlos de sus funciones vitales.

Aunque pueda parecer lo contrario, los océanos ya no son el remanso de paz como antes. La contaminación acústica producida por el hombre afecta cada vez más a las especies marinas. Varias investigaciones han advertido que los ruidos emitidos por los barcos engañan a mamíferos marinos como ballenas y delfines, llegando incluso a provocar su muerte.

¿Cómo afecta la contaminación acústica a los peces? Las especies más afectadas

El ruido

Recientemente se han analizado los efectos del ruido de los barcos, plataformas petrolíferas y de gas sobre los peces y se ha comprobado que les afecta tanto como al tráfico de vehículos a los animales terrestres. De esta forma, el sonido causado por los humanos puede estar enmascarando importantes sonidos biológicos y poniendo en peligro su reproducción y supervivencia.

La contaminación acústica ya no es solo un problema en las grandes ciudades, ahora puede engañar a los animales y alejarlos de las mejores zonas para buscar alimento o reproducirse. Pero además, también produce estrés, que a su vez puede afectar negativamente a su crecimiento. Todo el mundo se queja de la contaminación atmosférica o los desechos que se arrojan a los ríos, pero el ruido es algo que puede matar por sí solo.

Las especies más afectadas

¿Cuáles son las especies más afectadas? Bueno, una gran variedad de peces, aunque no todos emiten sonidos. Los científicos han enumerado unas 800 especies con sensibilidad auditiva. Entre los más conocidos se encuentran la perca, el arenque o el bacalao. Por otro lado, algunos también creen que la anguila tiene la capacidad de emitir y percibir sonidos, pero aún no se ha confirmado.

¿Cómo afecta la contaminación acústica a los peces? Las especies más afectadas

En general, los peces detectan mejor los sonidos en un rango entre 30 y 1000 Hz, aunque algunas especies marinas pueden hacerlo en rangos entre 3,000 Hz y 5,000 Hz. El ejemplo más claro es el bacalao del Atlántico que tiene una sensibilidad auditiva promedio mientras que la carpa dorada o el pez rojo es capaz de escuchar a altas frecuencias. Si bien el atún se comporta peor en ambientes ruidosos e intenta refugiarse en otras zonas, al mismo tiempo complica la pesca.

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