¿Cuáles son las famosas frases, citas de Francisco de Quevedo? Las mejores frases, citas de Francisco de Quevedo sobre la vida, el amor, la motivación, la ciencia
Frases De Francisco de Quevedo
En resumen, no solo las cosas no son lo que parecen, ¡ni siquiera son como se llaman!
«El que pasa tiempo arrepintiéndose del pasado pierde el presente y arriesga el futuro».
«Seré polvo, pero polvo en amor»
«Nunca mejorar su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres».
«Polvo serán, mas polvo enamorado».
«Estimado lector, que Dios lo proteja de los malos libros, la policía y las persistentes mujeres con cara de luna y cabello rubio».
«Retirado en la paz de este desierto, junto con algunos libros, pocos pero sabios, vivo conversando con el difunto y escucho a los muertos con mis ojos»
«Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos,
y escucho con mis ojos a los muertos
Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o importaciónn, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida habla despiertos «.
«Cerrar podrá mis ojos la postrera»
sombra, que me llevare el blanco día «
«… soy un fue y un ser y un es cansado …»
«¿De qué sirve presumir,
rosal, de buen parecer,
si aun no acabas de nacer
cuando empiezas a morir? «
«No hay gusto más descansado que después de haber cagado».
«Todo lo cotidiano es mucho y feo».
«… callamos los volcanes florecidos!»
«Trajeron caldo en unas escudillas de madera, tan claro, que en la esquina una Nariz más que en la fuente».
«Leer es escuchar a los muertos con nuestros ojos. (página 325, Lectura en el cerebro, Stanislas Dehaene, 2009) «
«¡Algún puto, cornudo, bujarrón y judío reservado en altas voces- ordenó tal cosa!»
«… sombra que sucesivo anhela el viento …»
«Retirado en la paz de estos desiertos»
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos,
y escucho con mis ojos a los muertos
Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o importaciónn, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida andan despiertos.
Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años vengadora,
libra, ¡oh gran don Joseph !, docta la imprenta.
En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquella el mejor cálculo cuenta,
que es la escuela y los estudios nos mejora. «
«… relámpagos de risa carmesíes …»
«… mi corazón es reino del espanto».
«Siento haber dejado de habérmelo deshabitado»
cuerpo que amante espíritu ha ceñido;
desierto un corazón siempre encendido,
donde todo el Amor reinó hospedado «.
«Llama que a la inmortal vida trasciende,
ni teme con el cuerpo sepultura,
ni el tiemnpo la marchita ni la ofende «.
«Yo ansí, náufrago amante y peregrino,
que en borrasca de amor por Lisis muero,
sigo insano furor de alto destino «.
«Y porque no tengo tener por maricón, ahaje ese cuello y agobie de espaldas; la capa caída, que siempre nosotros andamos de capa caída; ese hocico, de tornillo: gestos a un lado y otro; y haga vucé de las g, h y de las h, g. Diga conmigo: gerida, mogino, jumo, pahería, mohar, habalí y harro de vino «.
«Mas, vulgo, pues sé quién eres, a lo largo o a la corta, diga lo que me importa y tú lo que quisieres».
«Pero, cuando comiencen las desgracias en uno, parece que nunca se han terminado, que andan encadenadas y unas traian a otras».
«« Entre dos peñas feroces, un fraile daba voces ».
– Francisco de Quevedo, Gracias y desgracias del Ojo del culo Dirigido a Doña Juana con mucha carne de mujer arrojada por arrobas
«Y desnuda, rotísima doncella, tan linda estás, estás tan rica y bella, que matas más de celos y de amores que vestida a colores: y eres así a la espada parecida: que matas más desnuda que vestida».
«Hacía ya mucho que no pasaba por aquí a Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos y él pensó que merecía una nueva entrada, así que lo hizo por buscarla, tratándose de Quevedo, la verdad es que no hay que escarbar mucho para toparse con ella Por supuesto, bien podría ser una leyenda, pero sin duda es una gran historia hecha al pelo de Quevedo.
Al parecer, el escritor caminando en compañía de otro cuando vio que se acercaba al frente para que un hombre montando en un asno que se mostraba algo perjudicado por el alcohol. Venía de una romería y el hombre había bebido, lo que podía llevar a un lado al otro del animal rozando a cada momento la caída.
¿Qué os parece este mamarracho? Pregunté Quevedo a su acompañante. Que viene como conviene a los que vienen de la romería; la contestaron y entonces el escritor lució su categoría sacándose una coplilla del ingenio al momento:
Ese pollino que viene
montado en otro pollino
no viene como conviene
que viene como con vino.
Quédense con la copla porque lamentablemente en más de una ocasión, recuerden a Quevedo y decirle a alguien eso de que no viene como conviene, sino que viene como con vino. «
«¿Quién los jueces con pasión,
sin ser ungüento hace humanos,
pues untándoles las manos
les ablanda el corazón? «
“Y eres así a la espada parecida,
que matas más desnuda que vestida.”